Una huella de Dios en nuestro cuerpo. La laminina es la molécula que mantiene unido todo nuestro ser.

Dios plasmó en nuestro ADN el sello de su eterna salvación, somos literalmente sostenidos por la cruz, según dice la inspiración hecha por un hermano en Cristo.

La función de esta proteína es mantener unidas las células y órganos de nuestro cuerpo. Nos desmoronaríamos y moririamos sin esta proteína que todos tenemos.

La laminina es una glicoproteína que forma parte de la lámina basal asociada a otras proteínas como el colágeno, entactina, proteoglucanos y fibronectinas. Tiene una longitud de 120 nm, y atraviesa toda las capas de la lámina basal. Su función sería la de anclar las células epiteliales a la lámina densa pues tiene sitios de unión para moléculas de integrinas de la membrana celular de la base celular. Tiene forma de cruz.

La cruz es el pegamento que mantiene funcionando en nuestro cuerpo (literalmente hablando).

El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.   Colosenses 1:15-17